El valor del acompañamiento: un Bachillerato orientado a cada estudiante
En la etapa de Bachillerato en nuestro colegio Sagrado Corazón (Esclavas) de Sevilla tenemos casi 170 estudiantes, con tres líneas por curso. Y está claro que en estos niveles una buena preparación académica es esencial. Y tener las miras puestas en unos futuros estudios superiores, PAU, antigua selectividad, incluida. De hecho, presentamos habitualmente a un 95% del alumnado, con estupendos resultados; apenas suele haber suspensos y, lo más importante, la gran mayoría de nuestros alumnos y alumnas acaban entrando en la carrera en la que habían pensado.
La importancia de sentirse acompañado
Pero en nuestra forma de entender el Bachillerato, hay algo más que estudios, resultados y medias. Creemos que cada alumno y alumna es importante y singular, y que merece todo nuestro apoyo y nuestra guía. Por eso, la atención personalizada y la orientación son esenciales en esta etapa. Un equipo de tutores, acompañado del equipo de orientación, se ocupa de ello especialmente, siempre en coordinación con el resto del profesorado. Y los acompañan desde que entran el primer día, con sus dudas e inquietudes, hasta el mismo día en que se presentan a Selectividad. Porque es importante que en momentos tan trascendentales para un estudiante, sienta que hay alguien a su lado.
En esa línea, es esencial para nosotros la hora lectiva de tutoría semanal. Porque creemos que es clave para planificar el estudio, para animarlos, y para intercambiar impresiones e inquietudes. También para orientar hacia el futuro próximo (PAU, universidad, salidas profesionales…) Y, por supuesto, para seguir formando y educando en el espíritu Spínola. Les seguimos ofreciendo, desde la libertad, los valores cristianos como referencia, tan importantes para conformar su ética y su personalidad, y para ayudarles a comprometerse con el mundo que les rodea.
Un bachillerato orientado a cada alumno y cada alumna
Pero descendamos un poco más hacia cada estudiante. Además de las tutorías grupales, son esenciales las tutorías individuales con cada alumno y cada alumna. Durante el curso, varias entrevistas personales con su tutor ayudan al estudiante a consolidar sus logros, resolver carencias o motivarse para la etapa en la que están viviendo. Y es, además, un cauce de comunicación de dos sentidos: no son pocas las veces que el estudiante acude a su tutor para comentar dificultades, inquietudes o éxitos. Esto se completa, por supuesto, con entrevistas personales y reuniones grupales con las familias.
Y para redondear todo esto, el equipo de orientación se ocupa de programar diversas actividades, entrevistas y visitas con la finalidad de darles a conocer toda la oferta de estudios y universidades (públicas o privadas). Ayudarles a elegir con criterio. Acogerlos personalmente si son nuevos, orientándolos para adaptarse al centro. Monitorizarlos en la creación de planes personales de estudio diario. Y, por supuesto, el apoyo al alumnado con dificultades de cualquier tipo, sean necesidades educativas especiales (con acompañamiento hasta la misma PAU y la reserva de plaza en la universidad), o sean dificultades puntuales en su rendimiento.
Con corazón y cabeza
Por eso, nos gusta hablar, más que de estadísticas y de las notas de acceso que consiguen (que no andan nada mal), de la atención personalizada con el alumnado, del seguimiento y el apoyo ante las dificultades que tan fácilmente pueden surgir en una etapa de tanta exigencia académica. Son alumnos y alumnas de Bachillerato, sí, pero siguen viviendo el colegio como su casa, y seguimos pensando que lo más importante es educarlos y educarlas desde el corazón.